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Roe v Wade

Viernes 21 de diciembre de 2012

En enero próximo se cumplen 38 años de que la Corte Suprema de Estados Unidos emitió una decisión histórica con la cual se legalizó el aborto en ese país y cambió la vida de miles de mujeres que dejaron de recurrir a abortos inseguros. Pero las amenazas y desafíos para mantener el aborto legal en este país son inminentes

La lucha por garantizar el acceso al aborto legal y seguro a veces parece interminable. Lo que se conquista, se ve amenazado constantemente por aquellos quienes creen que las mujeres no tienen el derecho (ni la capacidad) de tomar decisiones autónomas sobre su sexualidad y reproducción.

En Enero de 1973 la Corte Suprema de Estados Unidos de América emitió una decisión histórica con la cual se legalizó el aborto en ese país. Esta decisión cambió la vida de miles de mujeres quienes dejaron de recurrir a abortos inseguros que ponían en peligro su salud y sus vidas. Antes de Roe, se calculaba que entre 200,000 y 1,200,000 abortos clandestinos ocurrían anualmente en los Estados Unidos y que entre 5,000 y 10,000 mujeres morían cada año por causas relacionadas con abortos inseguros. En enero del próximo año se cumplen 38 años de esta decisión y las amenazas y desafíos para mantener el aborto legal en este país son inminentes.

El caso de Roe implica a una mujer en Texas en 1969 quien tuvo un embarazo no deseado y no pudo acceder al aborto por lo que un grupo de abogadas la ayudaron a presentar su caso para que se declarar la inconstitucionalidad de las prohibiciones al aborto.

En su decisión sobre el caso, la Suprema Corte reconoció que el derecho de la mujer a decidir si continuar o no un embarazo estaba protegido constitucionalmente como parte del derecho a la autonomía y la vida privada. Esto permitió que el derecho a la autonomía reproductiva se pusiera al mismo nivel de otros derechos fundamentales como el derecho a la libertad de expresión o religión. Para trazar un balance entre el derecho de las mujeres a la autonomía reproductiva y el interés del estado de proteger la vida en potencia, la Suprema Corte estableció un sistema de trimestres para evaluar las restricciones al aborto. En este sentido, se estableció que antes de la “viabilidad fetal” (la posibilidad del feto de sobrevivir fuera del útero materno) las restricciones al aborto deberían ser limitadas y sólo con el objeto de proteger la salud materna. Después de la viabilidad el Estado puede restringir el aborto o tomar otras medidas para proteger la vida del producto. Si bien la Corte no definió las semanas para la viabilidad del feto, éstas se calculan entre la semana 24 y la semana 28 del embarazo.

Roe fue el resultado de más de una década de trabajo del movimiento feminista, médicos, y otros actores, incluso religiosos, quienes exigían la reforma a las leyes del siglo pasado que criminalizaban el aborto.

Esta decisión permitió sacar los abortos de la clandestinidad, también contribuyó a definir los alcances del derecho a la privacidad, que protege a las personas de interferencias arbitrarias por parte del Estado, y estableció claramente que el derecho a decidir si y cuando tener hijos es central para la vida de las mujeres y para su capacidad de participar de forma plena e igualitaria en la sociedad.

Al mismo tiempo, Roe sirvió para galvanizar los esfuerzos de la derecha y los grupos conservadores en contra del aborto. Los avances de Roe v Wade se han visto poco a poco erosionados por regulaciones estatales, muchas de las cuales limitan de forma excesiva el acceso al aborto. El Centro de Derechos Reproductivos, organización internacional con sede en Nueva York, calcula que se han presentado en los últimos años más de 600 iniciativas legislativas que intentan limitar el acceso al aborto. Estas limitaciones incluyen tiempos excesivos de espera y consejería tendenciosa como requisito para que la mujer pueda abortar, la participación del marido en la decisión de interrumpir el embarazo y la prohibición de que hospitales públicos practiquen abortos o que los seguros médicos incluyan el aborto como uno de los servicios sujetos de cobertura. Hay otro tipo de restricciones que se han intentado introducir recientemente como por ejemplo, que se obligue a la mujer a escuchar el latido fetal y ver el ultrasonido antes de que se le pueda practicar un aborto. La propia Suprema Corte ha también limitado su propio juicio en Roe v Wade en decisiones posteriores, aunque se sigue manteniendo el derecho a interrumpir un embarazo como una garantía constitucional.

Todas estas restricciones ponen en riesgo la promesa de Roe v Wade de que las mujeres puedan decidir en qué circunstancias interrumpir un embarazo. Ninguna mujer aborta por gusto, la decisión de interrumpir un embarazo es compleja pero es la mujer gestante quien cargará con las consecuencias de dicha decisión.

En México también hemos presenciado los ataques de la derecha y los grupos conservadores por restringir el acceso al aborto legal y seguro. No hay que olvidar que tras la despenalización del aborto durante las primeras 12 semanas de gestación en el DF, 16 estados reformaron sus constituciones para proteger la vida desde la concepción con la intención de impedir futuros procesos de despenalización. Si bien ya sido señalado, incluso por varios ministros de la Suprema Corte de Justicia, que éstas reformas tienen que leerse de forma compatible con los derechos de las mujeres, lo cierto es que han generado un clima de incertidumbre que ha limitado aún más el acceso al aborto legal.

El 40° aniversario de Roe v Wade es un buen momento para reflexionar sobre los desafíos que enfrentamos para continuar avanzando los derechos reproductivos de las mujeres y evitar retrocesos, en un escenario donde los grupos conservadores han adquirido fuerza y han desarrollado nuevas estrategias. Sin embargo, también es un momento para seguir celebrando esta decisión histórica que puso sobre la mesa la interrupción del embarazo como un tema fundamental de derechos humanos.

* Ximena Andión Ibáñez es Directora de Desarrollo Estratégico de GIRE.


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